SOL GENERAL
Darío Vera
La valentía de haber firmado entre los diez equipos, que después fueron nueve y ahora todo indica que serán sólo ocho, mostrada por la Jaiba Brava del Tampico-Madero, aparentemente resultó una imprudencia producto de la falta de análisis de los riesgos que conlleva ponerse con Sansón de las patadas.
Vamos por partes: primero la sección deportiva del diario estadounidense The New York Times, revelaba la solicitud de apelación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, de diez clubes mexicanos de la segunda categoría en contra de la Federación Mexicana de Fútbol y la LigaMX, demandando la restitución del ascenso deportivo.
Cuando tuve contacto con miembros del patronato que encabeza Chucho Nader, lo negaron rotundamente… “eso es totalmente falso, ¿quién lo sacó?”, dijo un prominente empresario a este reportero.
Al día siguiente se revelaba por el órgano internacional que siempre sí, la Jaiba y otros nueve equipos si firmaban la demanda.
A los días, el Atlante como club debidamente certificado dijo, ¿y yo por qué demandó si yo sí puedo ascender?, y sacó sus fichas de la apuesta.
Abro paréntesis y me van a disculpar los atlantistas: ¿no les parece que Los Potros son un equipo consentido de la Femexfut?
Sí, mucha tradición y todo, pero cuando estaban en primera ni su mamá los iba a ver, ahora en Expansión no tienen ni estadio y resulta que sí tienen certificación para jugar en LigaMx… a esos chilangos les gana el sentimiento hacia un club que ni huele ni hiede.
Volviendo al tema. En su momento reconocer la valentía del Tampico era meritorio pues de entrada, es un club sin derechos en la Liga Expansión y juega como invitado, por lo cual no tiene voto en asamblea de dueños y tampoco tiene acceso a los subsidios de dos millones de pesos mensuales con los que la federación tiene sometidos a los clubes desde el 2020 a la fecha.
Por cierto, el destino de ese dinero es para mejoras en operación administrativa e instalaciones que le permitan acercarse a la certificación, pero irresponsablemente clubes como Correcaminos lo han usado en su mayoría para el gasto corriente como la nómina.
En el caso del Tampico Madero, subcampeón actual, al ver la guerra frontal que se abrió entre clubes y la Liga, optó por desistir de su lucha y ahora pretende vender una idea de mesura, inteligencia y calma, pero pa mi rancho eso es cobardía.
Llamémosles a las cosas por su nombre: cuando el Atlante se bajó del barco de la demanda de Rajones no los bajaron, la cargada con memes, burlas y hasta insultos, no pararon y los hicieron perro del mal.
Ahora que la Jaiba dice que mejor no juega, quieren vender una narrativa de que es lo mejor para el club, que tienen todo fríamente calculado, que la afición debe estar tranquila, que la meta es primera división y no sé cuántos cuentos más.
Claro, se valora que en el caso del Tampico su equipo se sostiene con dinero de gente que le cuesta y si le duele, pero tampoco le van a hacer el feo a 20 millones por temporada para lo que se ofrezca.
Al final terminó ganando el sistema y así uno a uno se irán cayendo los involucrados, por más sentimiento que le pongan y por más que queramos que haya ascenso, lo único que lograron es despertar el coraje de los federativos que, rencorosos como son, ahora buscarán quien se las pague.
Y ahí sí, se vio mejor Correcaminos que desde un principio no le entró al pleito aunque se haya inventado una historia para no participar, que verse muy machitos al principio y después salir huyendo, ahora sí que la Jaiba no salió tan brava y dijo, más vale aquí corrió… que aquí quedó.