SOL GENERAL
Darío Vera
Cuando platiqué por primera vez con Javier Garibaldi ya en su calidad de presidente del Club de Futbol Correcaminos UAT, fue muy claro al señalar que llegaba a cumplir con un proyecto que se instruía desde las oficinas del Ocho y Matamoros desde donde los lineamientos los dispone su patrón, el rector de la máxima casa de estudios, Dámaso Anaya Alvarado.
En mi vida como reportero, me ha tocado ver la mano en el equipo universitario desde Humberto Filizola, Jesús Lavín Santos del Prado, José María Leal, Enrique Ettiene, Andrés Suárez, Guillermo Mendoza y ahora el médico veterinario Dámaso Leonardo; cada uno con su estilo particular, unos más interesados que otros en el Corre y quisiera decir que ninguno indiferente, pero hubo al menos dos de esa lista, que hasta lo quisieron vender.
En términos prácticos, quien ocupa el cargo ha sido el dueño del club y los presidentes, unos con más iniciativa que otros, asumen su calidad de administradores.
Bajo este entendido, resulta fundamental que en el marco del campeonato recién obtenido por la filial de Segunda División, la instrucción del Rector ha sido clara: “que los muchachos reciban la oportunidad de continuar su carrera profesional en el primer equipo”.
Que lo entienda quien lo tenga que entender.
La continuidad en la formación de estos jóvenes es, a la voz de ya, en el equipo de Liga de Expansión y no está sujeto a discusión.
El recibimiento del rector a los campeones, la celebración privada junto a sus papás programada para el viernes con sorpresa incluida, habla del interés del Médico sobre el equipo; interés que lamentablemente no tuvieron Garibaldi ni Eugui, quienes tristemente no se dieron tiempo de acudir a la final donde se coronaron… bueno, no pudieron mandar ni a un fotógrafo para registrar el hecho histórico del club, con eso le digo todo.
“No podemos garantizarles nada a los jóvenes y hay que esperar a que llegue Eugui y los vea”, respondió Javier Garibaldi cuando le hicimos la misma pregunta que al Rector.
Ah y Eugui sigue de vacaciones, así que guárdenle los videos de estas finales porque ahorita no tiene chance de verlos.
En Correcaminos tienen mucho que trabajar para estar en sintonía con la voluntad del rector de potenciar el talento tamaulipeco y a los jugadores formados en las filas del club, pues no coinciden los discursos, los pensamientos y menos las acciones; mientras Paco Cortez fue echado cumpliendo los lineamientos de un proyecto, a Eugui, haciendo lo contrario, le dan continuidad con una nómina más cara y similares resultados.
La suerte para los muchachos está echada, su siguiente escala es el equipo de Liga de Expansión y si a Garibaldi o a Eugui no les gusta, sólo tienen que recordar que donde manda capitán, no gobierna marinero.