SOL GENERAL
Darío Vera
La falta de creación de nuevos espacios públicos y el atentado que representa la simple intención de querer clausurar los existentes, bajo pretexto del interés superior de infraestructura de otra índole (como subestaciones eléctricas) representa actualmente una crisis que pone a Victoria y a Tamaulipas en alerta.
Obviamente no omitiré sentirme orgulloso por la lucha cien por ciento legítima y ciudadana que nos permitió a los vecinos del barrio de la López Mateos impedir que perdiéramos un espacio deportivo popular como lo representa nuestro “campo chico”, como conocemos al que se encuentra enclavado en las calles CBTIS 119 y UANL de la Ampliación.
Y no solo lo salvamos, sino que con el apoyo del gobernador Américo Villarreal Anaya, en un par de meses iniciarán los trabajos de remodelación que permitirán tener un espacio más moderno, seguro, amable con el ambiente y digno para nuestra niñez y juventud.
Los vecinos del sector estamos agradecidos con esta muestra de buena voluntad por parte del gobierno estatal.
Siempre he creído que la función del periodismo nos permite ser trabajadores sociales y comunitarios, gestores, ya que gracias a los medios y la proyección que estos tienen, nos permite visibilizar problemáticas y abusos, como el que quiso cometer el Cabildo de Victoria, que, sin mediar palabra, buscaba enajenar y comercializar un espacio comunitario.
Afortunadamente se impuso la razón.
Por esos mismos motivos, en el año 2010, el gobierno estatal de la administración que encabezó Egidio Torre Cantú argumentó que la estrategia de seguridad debido a la violencia imperante de la época, requería ampliar la presencia de la fuerza del estado por lo que, en lugar de construir cuarteles o bases policiales, optó por ocupar una ala importante de la unidad deportiva conocida como Villa Olímpica de Tamatán, allá al sur poniente de la capital del estado.
Se suponía que el cambio era temporal… 15 años después, ahí siguen.
El edificio de dormitorios de la antigua Escuela, la alberca, el gimnasio con gradas, las canchas multiusos, la pista de arcilla, el área de pesas, boxeo y lucha libre, así como el famoso “Campo Uno”, dejaron de ser de los deportistas y pasaron a convertirse en un deshuesadero de patrullas, talleres y áreas con otros propósitos, menos para el que fueron concebidos.
La necesidad de espacios para los fines que la Secretaría de Seguridad Pública ha tenido en estos 15 años es más que notoria y justificada, como la subestación que requiere Victoria y por la cual se quería sacrificar el área verde de la López Mateos, pero, ¿por qué a costa de espacios deportivos?
La recreación, la convivencia, la medicina preventiva que representa el acondicionamiento físico, son un derecho de todo mexicano y las áreas deportivas se encuentran blindadas por la ley, pues incluso, todo lo relativo a ellas debe ser primero consultado y avalado por la sociedad, de acuerdo a lo que marca la Ley de Cultura Física y Deporte de nuestro país.
Recientemente el director del Instituto del Deporte en Tamaulipas, Manuel Virues Lozano señaló en entrevista que ya revisan el estatus legal para la recuperación del espacio en mención, pues sostuvo que no existe ningún antecedente de comodato y mucho menos de donación, del área de deportes estatal a la secretaria de Seguridad Pública.
En tanto, vecinos de las colonias aledañas y miles de deportistas, esperan impacientes que se cristalice el retorno de este espacio para uso, disfrute y cuidado, de quienes son los auténticos dueños de la Villa Olímpica de Tamatán: los futbolistas, los boxeadores, los levantadores de pesas, las señoras del zumba, los luchadores…
Que la lucha justa por recuperar nuestros espacios deportivos tenga un final feliz, así como lo tuvo la López Mateos.

