SOL GENERAL
DARÍO VERA
El punto, producto del empate obtenido la tarde del viernes en la cancha del Estadio Jalisco, fue para Correcaminos más valioso de lo que estadísticamente parece, pues más allá de salvarse lo que parecía una derrota ya firmada, es una victoria moral que, si bien no incide en la tabla general, es un aliciente para el plantel que dirige Jorge Urbina Sánchez.
El equipo Sin Alma, que vimos durante gran parte del torneo, quedó desdibujado al menos por unos minutos en el tiempo de compensación del choque frente a Tapatío.
Creo y sostengo que a Giovanni Hernández le hacía falta probar la fría banca para valorar lo que parecía tenía garantizado torneo tras torneo, una titularidad que no la avalaba el desempeño a la hora de estar en la cancha.
Si bien los dos goles son valiosos, es aún más valiosa la actitud, disposición, orden y voluntad que puso el rato que vio acción en este duelo.
Giovanni al igual que otros elementos saben que juventud, ya no tienen tanta; eso resta posibilidades de ser opción para otros clubes, más aún de aquellos que sean serios, responsables, ordenados, que paguen bien y a tiempo. En diciembre a todos les vence el contrato, de ellos mismos depende poner en riesgo su sustento o cuidar lo que tienen aquí.
Castellanos que venía de dos o tres torneos siendo lo más rescatable del plantel, había tenido un Apertura ‘25 complicado pues varios goles fueron yerros suyos y al menos en este, se sacó la espina, aún más con ese penal atajado que selló el empate.
Cisneros y Moreno, se mantienen como los hombres de sacrificio y el estandarte de este equipo, indudablemente.
Hay otros que parece que no les corre sangre en las venas, usted los vio.
Y de la juventud que empieza a recibir la oportunidad, ya vendrán las buenas, Roma no se hizo en un día y si con alguien hay que ser paciente, es con quien viene en desarrollo y como parte de un proceso.
Si: la crisis de Correcaminos es responsabilidad de un técnico que ya no está, pero también de quienes ejecutan dentro de la cancha, aunque Eugui se haya empeñado en hacerse ver como el único culpable, ahí están las consecuencias y ya las pagó… hasta con creces porque valió también la partida del presidente.
Hoy los que quedan para salvar el barco sin justamente los jugadores que con actuaciones como la del viernes, pueden mantener un hilo de esperanza para salvar la segunda mitad del torneo.
Por cierto, dos semanas sin presidente y como dirían Los Cadetes, no hay novedad. Lo dije el viernes y lo repito hoy: ojalá la tardanza sea producto de la planeación y no del desinterés; y agrego: al mal paso, darle prisa.