SOL GENERAL
Darío Vera
Nunca me ha gustado ser aguafiestas pero… ¿recuerdan ustedes que pasó la última vez que Correcaminos fue campeón en categorías juveniles?, llámese Segunda División.
Hagamos un ejercicio de memoria, hurgue usted en sus recuerdos y eche un vistazo a lo que sucedió con la camada de jugadores que formó Jorge Urbina incluso desde que rondaban los 13 años, algunos de ellos, hasta aquel inolvidable año 2016 en que alzaron la copa en aquella liga llamada Nuevos Talentos.
¿Ya se acordó?… efectivamente, tiene usted razón: no pasó nada.
Y es que el Club Correcaminos va a salir más tarde con que “son jóvenes, es un proceso, vamos paso a paso” y una sarta de tonterías por demás trilladas que se sabe uno de memoria y que repiten como guion sin importar quién esté al frente del equipo.
Ojo, no soy yo quien le quita mérito al gran logro de los muchachos ayer en Guadalajara, sino reflexionar sobre el hecho que Correcaminos ejecute acciones que por sentido común en esta instancia deben realizar cómo avanzar en el proceso formativo de estos futbolistas que sí o sí deben estar ya de forma permanente en el primer equipo.
Eugui se fue a la segura y ni así le salió: fracasó en su intento de llegar a liguilla y la continuidad a los futbolistas que un semestre antes habían debutado o visto mayor regularidad en Expansión bajo la dirección técnica de Francisco Cortez, fueron borrados por el uruguayo con tal de salvar la chamba, aunque esa la tenga segura únicamente por su relación con el presidente Javier Garibaldi, no así por sus resultados.
Por eso aplaudo la serenidad con la que Jorge Dimas maneja este triunfo: “Para mí lo más importante es la producción de jugadores y que mejor que formar ganando”, me respondió tras el juego de ida en el Alvizo Porras. El mismo técnico campeón, victorense y auténtico Correcaminos de sangre azulnaranja, sabe muy bien que el reto no es alzar la copa, sino que sus muchachos reciban la oportunidad de consolidarse allá arriba.
Y no se trata únicamente de que vean minutos, sino que les tengan la misma o más paciencia que no merecían los mercenarios que en estos últimos meses han portado la camiseta ahí y me refiero a quienes con actos de indisciplina comprobados no se les toca ni con el pétalo de una rosa y otros que ya era insostenible y salieron chispeados.
Que el esfuerzo de estos jóvenes coronado por un título, no quede únicamente como anécdota y se les haga justicia; porque si no, al rato vamos a estar hablando que les pasó lo mismo que a Leo Franco, Adán Núñez, Tito Paz, Orlando Jiménez, Andrés Rincón, Héctor Lomelí y otros que igual trajeron un trofeo a las vitrinas del pajarraco y como respuesta recibieron una patada en las nalgas.
Por cierto, ayer ni un alma acompañó a Correcaminos en su coronación; salvo sus familiares ni un solo directivo se hizo presente para respaldar a los muchachos tras la conquista del título… ¿dónde quedaron todos los gorrones que corrieron a la prensa del palco del Alvizo… no que muy Correcaminos?