Redacción/LaExpresión
CIUDAD VICTORIA. —Es importante enseñar a los niños y niñas a reconocer y utilizar el número de emergencias 911 en situaciones críticas, dijo Samuel Molina de la Torre.
En un esfuerzo por mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias dentro de los hogares, el representante del Secretariado Ejecutivo de la Secretaría de Seguridad Pública, hizo un llamado a los medios de comunicación para ayudar a socializar el uso correcto del número de emergencias 911, especialmente entre las y los menores de edad.
Durante su intervención en la reciente apertura de un Punto Rosa, Molina de la Torre subrayó la importancia de enseñar a los niños y niñas a reconocer y utilizar el 911 en situaciones críticas.
“Nosotros somos el eje coordinador a nivel municipal, estatal y federal, teniendo a cargo, entre otras funciones, la operación del 911, que trabaja 24/7 los 365 días del año”, señaló el funcionario.
Sin embargo, mencionó que existe una confusión común entre los adultos, quienes acostumbran referirse al número como ‘911’ o ‘9-11’. Esto puede generar confusión en los menores, quienes son testigos frecuentes de casos de violencia familiar o de género en los hogares.
Molina de la Torre explicó que los casos de violencia suelen suceder dentro del ámbito familiar, donde muchas veces están presentes menores de edad. “Si les enseñamos a marcar el 911, tendremos la certeza de que, si se presenta una situación de peligro, podrán tomar el teléfono y pedir ayuda, lo que podría salvar una vida o prevenir un daño mayor”, indicó.
El Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública hace un llamado a la ciudadanía a educar a los más jóvenes sobre la importancia y el uso adecuado del 911, destacando que esta línea de emergencias está siempre disponible para atender cualquier situación que ponga en riesgo la seguridad de las personas, ya sea violencia, accidentes o emergencias médicas.
Esta medida busca reforzar la atención a la violencia doméstica, uno de los problemas que más aquejan a las y los tamaulipecos, y mejorar la capacidad de respuesta en los hogares, principalmente aquellos donde viven niñas y niños que pueden estar expuestos a situaciones de riesgo.