Darío Vera/ La Expresión
CIUDAD VICTORIA. —Con un semblante sereno que contrasta con la crisis que vive actualmente Correcaminos donde él se ha convertido en el primer villano en pagar los platos rotos, Juan Manuel Capeluto abre las puertas de su casa al periódico digital La Expresión, para afirmar tajante: “lo único que hice fue defender a mis compañeros”.
El defensa central uruguayo que llegó para el torneo Clausura 2025, confiesa que arribó a las filas del pajarraco azulnaranja por recomendación del histórico Raúl Martínez Sambulá, “él me vio jugar en Honduras, dos veces me quiso llevar a sus equipos, pero no se pudo y cuando me dijo que había una oportunidad en Correcaminos no lo dudé”.
La recomendación del “Negro Santo” la validó con un primer torneo prometedor, tanto así que marcó el gol del triunfo ante la Jaiba Brava en una noche soñada para el uruguayo.
Pero hoy la historia ha dado un giro.
El torneo Apertura 2025 vino precedido de lesiones musculares que, afirma, “nunca me habían sucedido”.
Dos expulsiones en cuatro juegos, cuando él mismo se propuso, no recibir faltas por “boludeses”, cosa que no resultó pues en la primera jornada se fue por doble amarilla y después contra Tepatitlán, le dio un codazo en medio campo a un rival; “yo esperaba dar un gran torneo y todo me ha salido al revés”, confiesa.
Su reputación sufrió un golpe cuando fue captado en un centro nocturno sobre la calle 8 ingiriendo lo que aparentemente es una bebida alcohólica, como lo señalaron en su momento quienes grabaron el video y fue admitido por la directiva encabezada entonces por Javier Garibaldi.
“Yo ni tomo alcohol, no acostumbro; ese día tenía visitas de mi país y ya tenían varios días que solo la pasaban en casa, fuimos a cenar y a mí me habían recomendado ese lugar porque hay música en vivo, fuimos media hora y pedí agua, llegamos a las 12:30 y para la 1 de la mañana ya nos habíamos ido, pero desde entonces la gente me grita “borracho” y no tengo bronca con eso, entiendo que ellos son fanáticos y están enojados por la situación del equipo, yo estoy tranquilo conmigo mismo, no voy a salir a aclararlo a cada rato, tal vez debí decirlo en ese entonces, pero ya estuvo”, refiere el futbolista.
Apenas este martes el Club Correcaminos lanzó un comunicado donde anuncian que Capeluto Olivera ha sido separado del plantel por indisciplina, misma que el jugador asegura, jamás cometió.
“Contra Irapuato ni siquiera jugué, pero termina el juego y entra al vestidor “El Diablo” (Ricardo Chávez Medrano), y empieza a insultar a todos mis compañeros, dice que somos una mierda, que la peor defensa 27 goles en contra en todo el torneo, cosas fuertes y más aún se ensaña con Juan Pablo (Martínez), fue cuando desde donde estaba le dije “nomás no faltes al respeto, di lo que quieras pero no faltes al respeto”, él se molestó mucho y me dijo que me iba a mandar a Segunda y así pasó”, expresa.
Afirma que, aunque no puede cambiar su forma de ser, “tampoco puedo ser indiferente ante el abuso y la injusticia, eso que pasó ese día ahí después de Irapuato eso fue, me dijeron que ya lo había hecho cuando se perdió en Atlante, ese día yo no viajé, pero igual habría reaccionado así”.
Para Capeluto, afirma que su relación con Chávez Medrano inició con el pie izquierdo.
“Desde el día que llegó y se presentó me dijo, tú eres el del video (en el centro nocturno) y desde entonces su impresión hacia mí ha sido esa, no se ha dado tiempo ni de conocerme, siempre me tira indirectas cuando hace referencia de situaciones negativas y por eso yo ya veía venir esto”.
Juan Manuel confiesa que la situación en el entorno del equipo le daba mal presagio desde la pretemporada.
“El torneo pasado ya estando acá me puse a revisar números y vi cuánto tenían sin calificar, sin ganar un partido y vi que solo nosotros (Joel Martínez, Joaquín Pereyra y él) éramos los refuerzos y bueno aunque nos quedamos cerca de calificar pensé que se trabajaría por armar bien el equipo para este torneo, pero cuando vi que en lugar de reforzarnos se iba gente que para mí debía quedarse como Alonso, desde ahí dije este equipo no está buscando nada serio, se lo comenté a Sambulá desde entonces”.
Sobre las constantes crisis que ha vivido Correcaminos, una muy grave ha sido la situación de apuestas y amaño de partidos que quedó al descubierto el torneo pasado, pero asegura “si hoy me dijeran que alguno de mis compañeros está involucrado me sorprendería, yo no he visto nada raro, la verdad no lo creería, ni cuando Tede me lo esperaba”.
Siendo realista, Capeluto cree estar viviendo sus últimos días con el equipo de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
“Si, yo creo que acá ya no hay más, mañana hay interescuadras entre el primer equipo y la Premier y ya me dijeron que no me quieren ver ahí, que no me presente” y afirma “lo único que espero es que pueda terminar bien mi contrato y salir bien, nunca me he ido mal de ningún lado y trato de ser frontal y transparente, ahorita la situación es esta”.
Escoltado siempre por su fiel mascota Pooky, el oriundo de Montevideo reflexiona y se sincera “la lección que me deja es que, al menos en el fútbol, en lo laboral, tengo que ser un poco hipócrita, no me arrepiento pero debí quedarme callado, era impresionante ver a mis compañeros callados, agachados mientras les faltaban el respeto de esa manera, pero bueno, yo estoy tranquilo porque creo haber hecho lo correcto ¿indisciplina?, para mí no es, únicamente es darme mi lugar y el lugar que creo merecían mis compañeros”.
No me puedo quedar callado ante las injusticias: Capeluto

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