Redacción/LaExpresión
LOS ÁNGELES, California (EU). —En medio de protestas crecientes contra las políticas migratorias de Donald Trump, un símbolo inesperado ha captado la atención nacional: la Bandera de México. Para el Gobierno estadounidense, se trata de una provocación; para miles de manifestantes, representa identidad, orgullo y resistencia.
Durante el fin de semana, en las calles de Los Ángeles, se multiplicaron las imágenes de ciudadanos —principalmente de origen mexicano— portando el lábaro tricolor. La escena provocó molestia entre funcionarios del expresidente Trump, quienes llegaron a tachar a los manifestantes de “insurrectos” y “ciudadanos extranjeros”.
Uno de los más agresivos fue Stephen Miller, ex asesor presidencial, quien escribió en redes sociales que quienes portaban banderas extranjeras estaban “obstruyendo a las fuerzas del orden federales que intentan expulsar a los invasores ilegales”.
Pero para ciudadanos como Elizabeth Torres, nacida en Estados Unidos y nieta de migrantes, la bandera es un acto de memoria y solidaridad. “Soy una estadounidense muy orgullosa, pero también tengo que mostrar mi apoyo a nuestros hermanos y hermanas mexicanos”, dijo mientras ondeaba su bandera frente a un centro de detención en el centro de Los Ángeles.
En otras zonas como Paramount, jóvenes como Eric Torres, también ciudadano, desafiaron con la misma bandera a agentes del sheriff vestidos con equipo antidisturbios. “Mis padres son inmigrantes. Estoy aquí para mostrarles que no estamos solos”, declaró.
Expertos como Chris Zepeda-Millán, de UCLA, coinciden en que se trata de una respuesta a los ataques raciales: “Estos jóvenes no dudan de su ciudadanía. Se niegan a avergonzarse de sus raíces”.
Mientras tanto, el tricolor mexicano ondea junto a banderas de Estados Unidos, fusionadas en pancartas y camisetas, como un recordatorio de que la identidad latina en Estados Unidos no puede reducirse ni al miedo ni a la exclusión.
La protesta ya no solo es contra las redadas o las deportaciones, sino contra el intento de borrar la historia de millones de familias. Y en esa lucha, la bandera mexicana ya no es solo de México. También es de ellos.