SOL GENERAL
Darío Vera
“No por mucho madrugar, amanece más temprano”, reza el viejo y conocido adagio; y parece que esa es la tónica que le imprime Javier Garibaldi a su administración, pues aunque dejó pasar muchos días —casi un mes— llegó el momento de anunciar nuevo técnico y es así como inicia una nueva era, la de Héctor Hugo Eugui Simoncelli, al frente del pajarraco universitario.
Mucho misterio, porque ni a especulaciones llegamos, tal vez porque muchos no le hallaban cuadratura al círculo, pero, a fuerza de ser sinceros y modestia aparte, en “La Expresión” fuimos los primeros en mencionar el acercamiento del equipo de futbol Correcaminos, de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), con el timonel charrúa, los primeros en confirmar su contratación y, por una cortesía de la directiva, el primer medio que lo tuvo en una entrevista amplia y enriquecedora que pueda encontrar usted en nuestras plataformas digitales.
Vaya únicamente al anecdotario y a la egoteca este último apunte.
¿Qué genera la llegada de Eugui? De entrada opinión dividida.
Hay muchos que creen que técnicos como Mario García, ganador, vigente y con perfil formador, era el ideal; otros, que Gastón Obledo reunía los requisitos y algunos más que creen que Paco Cortez no debió ni irse.
Otro sector afirma que Eugui hace mucho que no dirige, sus conceptos son caducos, que descendió a Tecos y a Potros UAEM hasta lo desapareció.
Y algunos más le rinden pleitesía porque fue clave en el ascenso a Primera División (uno de ellos Garibaldi), por ser un nombre de experiencia, porque llevó al mismo Corre a jugar un repechaje en primera o la nostalgia de la grandeza que aspiraba aquel equipo en los albores de los noventas, asumen que con el uruguayo hay esperanza.
Esa esperanza podría centrarse en volver a tener un equipo protagonista y nada más; un equipo que ya no salga goleado, un equipo que haga de su casa una aduana infranqueable y que en patio ajeno se haga respetar.
Ascenso, ni pensarlo. No hay, no existe.
Eugui ya lo dijo en los micrófonos de La Expresión: él no viene a formar jugadores, va a jugar el que esté para aportar. Si habrá chance para el talento local y todos los que debutaron el torneo pasado, siempre y cuando muestren estar al nivel de competencia.
A título personal me agrada el discurso de respeto a la institución, a la afición, a la prensa. Ojalá el equipo vuelva a ser del pueblo, que la afición sienta suyo al ave azulnaranja, que sientan orgullo de ponerse la camiseta, que atiborren las gradas, lancen el grito de guerra, que lo defiendan y lo impulsen a ganar.
Que acabe de ser motivo de burla comprar un bono bip, que ya no sea vergüenza dedicarle dos horas a la semana ver un juego en el estadio y ya no sentir pena verlo en la televisión. Que los periódicos locales vendan muchos ejemplares buscando las notas del equipo, que quienes hablamos en redes tengamos muchas visualizaciones y muchos clicks en nuestros portales. Que haya fila dos días antes en las taquillas y al “Que Paso’u” se le acaben los tacos al medio tiempo.
Pero todo eso viene de la cancha hacia afuera y nuestro deseo es, no que Eugui lo sepa, porque bien que lo sabe; pero sí que convenza a su grupo de jugadores, que salgan a partirse la madre, que sean profesionales, disciplinados, serios, humildes, ordenados y se dediquen a lo que mejor saben: jugar fútbol.
Cada quien tendrá su punto de vista y en este momento habrá que estar atentos a la evolución de los días previos al arranque del torneo.
La conformación del plantel, los hombres clave, los refuerzos bomba, las joyas de la cantera, los juegos de pretemporada y ver la filosofía de juego, son los temas que deberá exhibir Correcaminos, los medios transmitirlos, analizarlos y usted juzgarlos.
Después vendrá la competencia y las opiniones; sólo hasta entonces podremos evaluar.
Reventar por reventar no es el camino.
Eugui podrá tener defectos y virtudes, pero es un histórico del club al que llega, es una persona que ha mostrado respeto y aquel que quiera ponerse al tú por tú con “El Desalmado” cañonero del Toluca de los 70’s, deberá medir primero si la batalla le alcanza para en conceptos futbolísticos, colmillo y retórica le alcanza.
Aquel que se sienta Dalila, que le corte la greña a Sansón… de tal manera que quiero ver, quién será el bueno que vaya a domar a este viejo lobo de mar.