EL MESÍAS
Juan Antonio Torres Carrillo
Los hechos y las circunstancias nos imponen, una vez más, atender el análisis del comportamiento de la 66 Legislatura de nuestro estado en el asunto sometido a su consideración, a partir de la denuncia que hicieron valer la Síndica y regidores del Ayuntamiento de Victoria en contra de conductas atribuidas al presidente municipal Eduardo Abraham Gattás Báez.
En el caso, se surte una falta de correspondencia entre la conducta desplegada por el Gobierno Municipal y el proceder de los diputados de la actual Legislatura Local, de ahí que válidamente podemos sostener que existe disonancia entre ambos.
En efecto, mientras que el munícipe Lalo Gattás, desde hace algunos días, trabaja afanosamente, y a marchas forzadas, en construir una narrativa que le ayude a convencer a los victorenses que en el Ayuntamiento, todos sus integrantes, ya le dieron la vuelta a las diferencias y las confrontaciones internas, al celebrarse la sesión de Cabildo en la cual se concretizó la designación de los funcionarios municipales, lo cual fue el motivo del conflicto.
Sin embargo, desde otras instancias e instituciones, como el Congreso Local, trabajan eficazmente para destruir su intento de narrativa de “mejoría y paz interna”; pues, desde los trabajos de las comisiones unidas de Gobernación y Asuntos Municipales, sin duda alguna, que se manda un mensaje que contradice totalmente, cuestiona e, incluso, combustiona el clima y la narrativa oficial del gobierno municipal.
Inevitable sostener lo anterior, toda vez que, este martes 5 de noviembre, se reunieron los diputados integrantes de las comisiones Unidas de Gobernación y Asuntos Municipales, para atender, como el punto “IV” del orden del día el seguimiento de la solicitud de 16 integrantes del Ayuntamiento de Victoria.
Es decir, los diputados locales se reunieron con el objeto de continuar el procedimiento instaurado con motivo de la denuncia que dio origen al expediente 66-SR/001/2024, relativo a la suspensión o revocación del cargo del presidente municipal de Victoria, Eduardo Abraham Gattás Báez; a fin de continuar con la secuela procesal y determinaron que, atendiendo a que el expediente se encuentra debidamente sustanciado, concluyeron que el asunto se encuentra en estado para dictar la resolución correspondiente.
Tal situación, exhibe claramente el rostro de un Poder Legislativo Estatal que no le importa entorpecer, o quizá deberíamos decir destruir, la narrativa optimista y esperanzadora del alcalde de la capital vertida apenas este lunes pasado, y tampoco repara en dinamitar los supuestos avances en el diálogo y las negociaciones entre las partes en conflicto; lo que, de suyo, revela una distancia institucional entre el Congreso y el gobierno de Victoria, a pesar de tener el mismo origen partidista.
Luego, como lo referimos, mientras en Palacio Municipal de la capital se intenta reconstruir la relación entre el alcalde y los integrantes del ayuntamiento denunciantes; por su parte, en la sede del Legislativo, tal parece, que la consigna es acelerar el paso del procedimiento, con la intención de ponerlo a punto para, a la brevedad, dictar la resolución final que corresponda, pues en comisiones así lo hicieron.
Ello nos confirma, una vez más, lo que hemos sostenido en otro momento: el Congreso va en una dirección y a un ritmo muy distinto a la ruta y paso que marcan Lalo Gattás y el ayuntamiento de la capital del estado, lo que significa que no comparten la misma visión, tanto del diseño como del ejercicio propio de la política.
De esa manera, los tamaulipecos estamos participando de una asincronía política e institucional entre el Poder Legislativo y un Gobierno Municipal, pues, a la luz de un razonamiento básico, la decodificación comunicacional dictada desde el Congreso precisa que están en tiempos muy distintos y que, por el momento, no existe el acercamiento ni la voluntad necesaria para dar paso, por el bien de los tamaulipecos, a la sincronía institucional.
En conclusión, el eco y el momento político que dictan los hechos que se suscitan en Palacio Municipal de Victoria no han llegado ni han sido percibidos en el Poder Legislativo Local, lo que revela la existencia de una asincronía y disonancia institucional que el diputado Humberto Prieto, presidente de la Junta de Gobierno, y el alcalde Lalo Gattás no han podido ni han sabido descifrar, situación en la que deben trabajar.