SOL GENERAL
Darío Vera
Mañana en La Expresión podrá usted apreciar, si nos hace el grandísimo honor, de ver una interesante mesa de análisis donde el tema central fue “Correcaminos: ¿cantera o cartera?”, en donde periodistas deportivos desmenuzan la realidad actual del equipo de la UAT, partiendo del hecho mencionado sobre la presunta apuesta de un proyecto juvenil para los torneos venideros.
No quiero adelantarle lo que ahí se verá, ni mucho menos espoilear, como dice la chaviza, pero hay varios conceptos que me dejaron reflexionando sobre este hecho y que me gustaría abordarlos en esta entrega, no sin antes invitarles a que nos vean mañana en punto de las 8 de la noche.
Y le decía yo que Correcaminos tiene este presunto proyecto, porque aún no se puede hablar de que sea un hecho, porque más allá del discurso de Javier Garibaldi y los debuts de Francisco Cortez, hay temas de fondo que bien valen la pena cuestionarse si es un proyecto real, si apenas lo están adecuando o si de plano nomás le están pegando al Tío Lolo… que se hace pendejo solo.
Lo escribiré hasta el cansancio, soy de la idea que en las condiciones actuales de una liga sin ascenso ni descenso, es mejor priorizar a tus chavos para que se curtan y el día de mañana tener una base sólida de talento local y en una de esas hasta haces negocio exportando.
Y por supuesto que no pongo en tela de duda las intenciones del cuerpo técnico y la directiva, pero me resulta por demás interesante saber cuánto tiempo les llevará generar una estructura administrativa que les permita brindar un desarrollo integral del futbolista para que pueda convertirse en jugador profesional, en toda la extensión de la palabra, pues no basta con tener talento.

Para muestra un botón: de los 7 jugadores que debutó Cortez este torneo, independientemente de los pocos o muchos minutos que hayan jugado, al menos 5 de estos jóvenes, este fin de semana se vieron públicamente exhibiéndose en plena fiesta durante la madrugada en un antro de la ciudad, mientras que el equipo culmina en el fondo de la tabla general y peor aun cuando todavía no rompe filas.
Ni Javier Garibaldi ni Francisco Cortez son niñeras de nadie, pero es evidente que estos muchachos poco pensantes, no miden el riesgo al que se enfrentan, más allá de la borrachera que se pongan o no, cuando los accidentes están a la orden de la madrugada, cuando incluso hay denuncias públicas de levantones o secuestros en los bares de la ciudad y cuando pueden verse inmiscuidos indirectamente en situaciones más graves.
Es evidente que su inmadurez requiere acompañamiento psicológico para saber lidiar con la fama y el dinero que les llega al convertirse en “jugadores del Corre”.
A esto súmele por ejemplo, la poca voluntad de trabajo de quienes ocupan el área de fuerzas básicas del club, pues los dos fines de semana pasados, la Unidad Deportiva Revolución Verde se atiborró de torneos de fútbol infantiles y juveniles como Copa Telmex, eliminatorias de Juegos Nacionales CONADE y Copa Cuerudos por citar algunos: y yo no sé si a la gente de fuerzas básicas, visorías o como sea que se llame el departamento encargado de detectar y darle seguimiento al talento local, no les gusta su trabajo o no sepan hacerlo, pero tenían enfrente una mina de oro y no pudieron o no quisieron verla.
A ello súmele el bloff del ex presidente David Martínez que se fue presumiendo un juego de selección mexicana femenil dizque con un contrato firmado, que terminó siendo en Toluca y que se llenó la boca hablando del trabajo hecho en fuerzas inferiores, cuando la realidad es que si la Ligq ExpansiónMX habría dado paso a la anunciada categoría Sub 23 que se había propuesto jugar este semestre, simplemente Correcaminos no tendría material humano para haberla jugado y ni trayendo a Guardiola la hubieran armado.
Ojalá que pronto Garibaldi y su tropa materialicen el compromiso que dicen tener con el rector Dámaso Anaya, con la Universidad y con Victoria, porque al momento las palabras se escuchan bonito, a ver cómo pinta a la hora de hacerlo.
Son estos aspectos, algunos de los motivos que fundamentan mis dudas sobre las buenas intenciones que Correcaminos en el discurso plantea… habrá que ver los hechos.