Alejandro Paz/La Expresión
Ciudad Victoria. – Después de diez días de dolor de cabeza, huesos y fiebre, los síntomas ya desaparecieron en Jesús.
Sin embargo, a sus 43 años, este hombre junto a su familia iniciará la recuperación de su vida, sus actividades, su trabajo, pero ahora tendrá que incluir el combate a la discriminación.
“Después del encierro, ya no sales, ya no eres el mismo, esto te marca, esto realmente te viene a marcar tu vida, viene a marcar a tu familia, porque después de este encierro, le digo van a empezar a murmurar, a hablar, a señalarte, si es difícil, es muy difícil, pero sabemos que no es imposible”, comenta.
Dice que padecer coronavirus es difícil, al estar encerrado, dejar de disfrutar a la familia, no salir con sus hijos, pero falta lo que vivirá al salir a la calle cuando la gente empiece a murmurar y a señalar.
“Y sales a la calle y ya no te van a ver con buenos ojos, si, pues mira ahí va el que estaba contagiado, o no te acerques porque, y sabemos qué si pasa, no podemos decir, no pues, no es cierto, si es lo que pasa, pues la gente luego te va a empezar a juzgar, te va a empezar a señalar, mira hay van los infectados, pues hay van los que estaban esto, no te acerques o ya no dejes a los niños que se acerquen con ellos, o sea es algo que te marca, yo pienso que para un tiempo de tu vida vas a tener que aprender a vivir con ello”, explica.
Jesús ve todos los días las noticias en las que dan a conocer que las personas no obedecen las indicaciones de las autoridades.
Él considera que para entender lo que pasa deben apreciar primero su vida y pensar que no se trata de un juego.
“Mire, que hagan conciencia, de que realmente lo que el gobierno les está diciendo es por su bien, no salgan, no se infecten, no infecten a su familia, si realmente aprecias, primeramente, tu vida, haz caso, porque esto no es un juego, yo te lo digo, porque yo ya lo viví y es algo muy feo y solamente no estas exponiendo tu vida, si, también la de toda tu familia, de aquellos que te quieren”, afirma.
Confiesa que su familia ya está desesperada, quieren salir, están fastidiados, quieren seguir con su vida normal porque sus hijos lo necesitan, por qué, aunque tiene a tres de ellos junto a él, hay otros que tuvieron que irse a vivir a otra casa, pero que fue por todos que le pidió a Dios le sanara.
“Yo le pedía a Dios, señor pues tú conoces mi necesidad, tú conoces lo que está pasando, y tú también conoces que yo tengo una necesidad con mis hijos una obligación, le digo, sácame de esta porque sé que tú puedes hacerlo, pues bendito Dios que hasta este día Dios me ha guardado y yo sé que este día, Dios ya me ha sanado”, recuerda.
Ya tiene tres días en que los síntomas desaparecieron, dejó de tomar paracetamol para calmar la temperatura y ahora solamente espera que la Secretaría de Salud acuda a su domicilio y dé de alta a toda la familia.
“Ahorita ya estamos cansados, ya estamos fastidiados, yo quiero seguir con mi vida normal, verdad, yo quisiera que por medio de ustedes llegara este anuncio a ellos y que vinieran a verme, porque pues sinceramente, ya no tengo nada, ya me fastidie y mi familia me necesita, mis hijos me necesitan, tenemos que salir adelante para poder seguir adelante con la vida que llevamos”, pide.
La familia está consciente de lo que vivieron, y también de lo que vivirán al ser dados de alta luego ser confirmados como portadores de COVID19 y es así que por su experiencia piden al gobierno que consideren como prioridad a los casos positivos brindándoles el apoyo que realmente se necesita.
Mientras que el llamado a la ciudadanía es que hagan caso, que entiendan que la enfermedad es real que se concientice que no se trata de un juego.
Jesús es claro cuando con su fe asume qué, aunque lo señalen, lo discriminen el podrá salir adelante y es que tiene a su lado al mejor aliado.
“Esto no es un juego, que es la realidad porque yo ya lo viví y bendito Dios que yo ya me declaro libre y sano de todo, ¿Por qué? porque he puesto a Dios en primer lugar, y si Dios conmigo quien contra mí”, finaliza.