Mario Vargas Suárez
Molestas llamadas
Es innegable que las redes sociales han auxiliado en la comunicación globalizadora, moderna.
Lo nuevo -desde los años ochenta- es la operatividad óptima de internet
a su evolución, a través de plataformas diferentes que van desde una
computadora, hasta los diversos equipos de comunicación como Smartphone y
Tabletas.
Lo malo es que la modernidad no escapa de la delincuencia
y por tanto, no han faltado la comisión de ilícitos de todos tamaños y
lo más lamentable, con consecuencias muy drásticas en algunos casos; en
otros solo es pérdida de efectivo o bienes, que duelen, pero seguimos
vivos.
Las autoridades mexicanas están advirtiendo sobre un nuevo
fraude para quienes quieren ganar invirtiendo, como el ahorro de alguna
forma, que puede ofrecer una mejor calidad de vida o simplemente para un
futuro familiar mejor.
El periódico digital UnoTv, afirma que la
Comisión Nacional Para la Protección y Defensa de los Usuarios de
Servicios Financieros (CONDUCEF), organismo descentralizado de la
Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) denunció que encontró en
Veracruz dos empresas ficticias que se dedican a defraudar.
Los
defraudadores suplantan empresas reales, anunciándose en las redes
sociales como WhatsApp, Fase Book, Twitter, etc., espacios digitales
donde ofrecen préstamos con bajo interés, plazos largos y requisitos
mínimos. Solo que piden por lo menos un depósito adelantado.
Los
incautos que responden a la ilícita propaganda, ‘cumplen’ con las
exigencias de la supuesta empresa financiera y hasta hacen los
depósitos, que van en relación a la solicitud, pero confirmado el pago,
simplemente desaparecen.
Los usuarios de teléfonos celulares, en
general, reciben un promedio de dos llamadas diarias de compañías
telefónica ofertando planes ‘novedosos’, cambio de compañía o de equipo
de Smartphone -móvil o fijo-, tableta o líneas adicionales, sin importar
se tenga o no contrato.
Otras molestísimas llamadas son las que
realizan personal de empresas asociadas a los diferentes bancos que lo
mismo ofrecen seguros de todo y por todo, ampliaciones de crédito, o
traslado de deudas de otras entidades bancarias.
En esta práctica
muy molesta de la mercadotecnia de estos tiempos, presentan ‘puntos
negros’ para la empresa que presta el servicio, porque se ha descubierto
que las marcaciones son por algún sistema computarizado, lo que implica
que su número se encuentra en una base de datos.
Lamentablemente no
es solo el número, en la información que tiene el vendedor telefónico,
también está el nombre del usuario e incluso pide hablar con el titular
de la tarjeta o de la línea.
Altos funcionarios del gobierno
federal, así como la publicidad de los poderes Ejecutivo y Legislativo,
anuncian con bombo y platillo que los datos personales están protegidos,
aunque la realidad es muy distinta.
Ha habido usuarios que
interrogan a quienes hablan ofertando servicios, sobre la identificación
de datos y a pesar de advertir el delito, ellos afirman estar
autorizados para hacer su trabajo.
Muchos mexicanos han cambiado sus
teléfonos fijos por móviles, pero hay comercios, sobre todo cuando se
busca crédito, que exigen números de teléfonos fijos y no han faltado
empleados -sobre todo de la burocracia- que registran el de la
dependencia donde trabajan.
Los ciudadanos que no tuvieron el
cuidado de ocultar el número de teléfono fijo, incluso a otras personas
-servidumbre, vecinos, familia- sufren el acoso de las compañías a
quienes se les debe, porque el titular de la línea recibirá llamadas
hasta en la madrugada y en días no hábiles.
En una secretaría de la
burocracia en Tamaulipas, desde las seis de la mañana que abría el
encargado de la oficina, por lo menos 3 días a la semana el teléfono no
dejaba de sonar preguntando por algún compañero de trabajo o de plano,
por gente desconocida.
Termino registrando la inexistencia de una
oficina que pueda poner fin a este acoso telefónico que sufrimos los
usuarios de líneas de la comunicación globalizada.